Calixto III

Calixto III
Calixto III

Alfonso de Borja inicia el legado de la dinastía al convertirse en el papa Calixto III.

Alfonso de Borja, futuro papa Calixto III, nace en la pequeña población de Canals (Valencia) el 31 de diciembre de 1378. Su padres, Domingo de Borja, un terrateniente local sin noble linaje, y Francisca de Borja, lo bautizan en la cercana Xàtiva. Alfonso será el único varón. Le seguirán cuatro hermanas: Isabel, Juana, Catalina y Francisca.

A los catorce años inicia sus estudios en Lérida, donde se doctora en derecho canónico (1411) y en derecho civil (1413).

Es conocida y notoria la anécdota en la que, en su etapa de juventud, tuvo un encuentro con el predicador Vicente Ferrer, que predijo que sería papa y que gracias a su intermediación sería canonizado. Hechos que acabaron produciéndose.

En  1417 ingresó en la cancillería real,  convirtiéndose en uno de los consejeros más cercanos del monarca Alfonso el Magnánimo, interviniendo en los asuntos del cisma de Occidente  que aún pervivía en Peñíscola, recibiendo en compensación el rectorado de la iglesia de San Nicolás de Valencia (1419).

Alfonso el Magnánimo lo incorpora a su séquito en Italia (1420) y se le concede el arcedianato de Xàtiva  y la rectoría de L'Alghero (Cerdeña).

Alfonso de Borja interviene con éxito en la resolución definitiva del cisma de Peñíscola (1429), que continuaba en la persona de Gil Sánchez Muñoz, sucesor de Benedicto XIII con el nombre de Clemente VIII, obteniendo su renuncia. En recompensa recibe el obispado de Valencia (1429), ciudad en la que tendrá escasa presencia por sus obligaciones con la corona.

El 24 de julio de 1438 zarpa rumbo a Italia en compañía del  bastardo real, Fernando (futuro Ferrante I de Nápoles), del que era tutor. Tras la conquista de la capital napolitana por Alfonso el Magnánimo en 1442, Alfonso de Borja colabora en organización jurídica del nuevo reino.

Su carrera eclesiástica da un salto cualitativo al ser nombrado cardenal (1444) con el título de los Cuatro Santos Coronados, y traslada su residencia a Roma, ciudad donde verá alterado su apellido, pasando a ser el latinizado Borgia. A partir de ese momento, la forma latina será con la que se conozca a la parte de la familia asentada en Italia, mientras que los que permanecieron en la Península o retornaron a ella seguirían siendo denominados con la forma Borja.

Alejado de los fastos, mantendrá una vida prudente y sencilla, conservando su prestigio como eminente jurista. Hacia 1449 reclama la ayuda de sus sobrinos Pedro Luis  y Rodrigo de Borja, y a Luis Juan del Milà,  que acabarán obteniendo numerosos beneficios eclesiásticos.

A la muerte de Nicolás V, Alfonso de Borja es elegido papa el 8 de abril de 1455 con el nombre de Calixto III. Una elección inesperada del candidato neutral, favorecida por las luchas entre los Orsini y los Colonna. Un Papa no italiano: español y catalán. Su procedencia rivalizaba en impopularidad con la de los franceses. Los catalanes dominaban Sicilia y Nápoles y hostigaban las galeras de varias repúblicas y principados italianos.

Su pontificado se centró en tres aspectos: la lucha contra los turcos, que no despertó grandes entusiasmos, la defensa del equilibrio político heredado y la consolidación de la autoridad papal en los Estados Pontificios. Desde su nueva dignidad concluyó el proceso de canonización de san Vicente Ferrer.

Calixto III tuvo varios enfrentamientos con su antiguo protector, Alfonso el Magnánimo. Los más sonados: la negativa a concederle el divorcio de la reina María y la ratificación de Ferrante como sucesor del monarca. Las acusaciones y amenazadas fueron una constante entre ambos.

El papa se valió de familiares y compatriotas para limitar el poder de las poderosas familias romanas. Sus sobrinos Rodrigo y Luis Juan acabarían siendo cardenales (1456) a pesar de su juventud, y Pedro Luis,  capitán general de la Iglesia. Esta conducta le granjeo numerosas críticas por su nepotismo desmesurado.

Durante el verano 1458, el estado de salud del papa se resiente. Sus piernas se le hinchan y los dolores le obligaban a mantenerse postrado. Se anticipa el final. Las propiedades de los Borgia son asaltadas y saqueadas. Su sobrino Rodrigo, en un alarde de sangre fría, permanece a su lado. El palacio que está construyéndose en Roma es asaltado y destruido por completo.

El 6 de agosto expira Calixto III y sus restos son enterrados en la capilla de Santa María de las Fiebres, aneja a la basílica vaticana. Con posterioridad serán trasladados a su actual lugar de reposo en la iglesia de Montserrat en Roma.

Su sobrino Rodrigo conseguirá, décadas más tarde, reivindicar e incrementar el legado de los Borgia.

 

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